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Lo que unas pocas caras no contaron 

Por: María Camila Pabón

 

Sobre la obra de Malcolm Linton

​

Los colombianos hemos vivido la guerra; de alguna u otra manera nos ha tocado, mucho o poco la hemos sentido, pero el conflicto siempre ha estado presente en nuestro contexto. Muchos lo hemos vivido a través de las noticias, los reportajes y los boletines de última hora que anunciaban un secuestro, una extorsión, un atentado, guerrilleros muertos, pueblos devastados y miles de vidas en juego, tanto las de los combatientes de un lado y otro, como las de los civiles que tuvieron la mala fortuna de estar geográficamente cerca de la guerra.

 

Yo solamente puedo hablar desde el punto de vista de una universitaria colombiana que ha pasado toda su vida escuchando y viendo la guerra desde una burbuja en la que el conflicto son imágenes, cifras, entrevistas a unos pocos y el mismo discurso de siempre.

 

La obra fotográfica ‘Cuando la tinta seca: Los rebeldes de las FARC en el proceso de paz’  del fotógrafo inglés Macolm Linton es un intento increíblemente bien logrado, por resignificar a todos los miembros de las FARC a través de la acción de darle muchas caras a este conflicto que por años tuvo pocos rostros como insignia.

 

Las fotografías retratan las cotidianidad de los ex guerrilleros en la selva trabajando, formando, obedeciendo, comiendo, riendo y hasta noveleando. También captura imágenes de su última reunión como grupo armado; aún con las escopetas al hombro, los accesorios del Che Guevara que responden a una ideología especialmente arraigada a sus vidas y , también, sus uniformes que dentro de pocos días iban a ser historia. De la misma manera muestra cómo hombres y mujeres bailaban, comían y celebraban durante las fiestas decembrinas en el monte. Estas fotografías también retrataron en varios escenarios el babyboom que estalló con el comienzo del posacuerdo lo cual es ,a mi modo de ver, el aspecto más humano que el fotógrafo capturó en esta obra.

 

Como lo dice en su presentación, con estas fotografías Linton “sin defenderles o glorificarles” presenta y retrata a los miembros de las FARC como lo que son, seres humanos con aspiraciones, sueños y miedos. El fotógrafo lucha contra la errónea idea de que eran monstruos sin sentimientos.

 

Como clausura de su exposición, Linton brindó un conversatorio en el que resolvió dudas a ciudadanos curiosos de su obra fotográfica.Respondió muchas preguntas  con respecto a la parte técnica de las fotos, es decir, le preguntaban que cómo había hecho para retratarlos tan de cerca sin que se enojaran o lo echaran de los campamentos. Sin dudarlo, el fotógrafo respondió que su trabajo fue una inmersión de largo aliento en la que vivió y conoció de sus vidas antes de dispararles con el lente de su cámara y que no salió corriendo tan pronto obtuvo lo que necesitaba, algo que desde mi posición como periodista en formación y espectadora de los medios, no es muy común en el quehacer periodístico de hoy en día.

 

Por aprender de esta obra quedan muchos aspectos, creo que el más importante es el que precisamente Linton puso como objetivo de ‘Cuando la tinta seca: Los rebeldes de las FARC en el proceso de paz’. Aunque parece obvio que todos son hombres y mujeres de carne y hueso como nosotros, aún creo que existe un pensamiento generalizado en el que la sociedad los ve como algo extraño y ajeno, de ahí la importancia de obras como esta, que nos invitan y ayudan a desaprender prejuicios e historias que nos han contado desde siempre.

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